● El reconocido diseñador peruano preparó una nueva pasarela de impacto mundial, con una colección inspirada en la mujer andina.
Con motivo de sus 25 años de trayectoria, el reconocido diseñador peruano Sergio Dávila presentó “Camino a Machu Picchu”, una experiencia de alta costura que fusionó arte, sostenibilidad y cultura desde el corazón de los Andes. El desfile, que marcó un hito en la moda peruana, contó con el respaldo de Kia Perú como presentador oficial, reafirmando el compromiso de la marca con el diseño, la innovación y el talento nacional.
La colección —que rindió homenaje a la tradición textil del Perú y a la figura de la mujer andina— fué el eje de una semana inolvidable, comprendida por cinco eventos relacionados entre sí, que se llevaron a cabo del 8 al 13 de julio, donde la moda se convirtió en un vehículo de transformación cultural y social. Un viaje inmersivo de cinco días entre moda, raíces y propósito con trasfondo socio-cultural.
El desfile “Camino a Machu Picchu”, que se llevó a cabo el jueves 10 de julio, representó un acontecimiento sin precedentes en el mundo de la moda y la cultura local. Este evento contó con el respaldo de Kia Perú, una marca que no solo lidera en el sector de innovación y sostenibilidad, sino que ha hecho del diseño un pilar fundamental de su propuesta. Como parte de esta colaboración, se presentaron una serie de piezas, joyas intervenidas con el logo de Kia. Las piezas formaron parte de las fotos editoriales y podrán ser apreciadas cómo parte del contenido de la marca como símbolo del vínculo entre ambas marcas: compromiso con el futuro, respeto por el entorno e impulso al talento local.
Aunque esta es la primera vez que Kia se asocia a una pasarela en las faldas de Machu Picchu, su incursión en el mundo de la moda no es nueva. La marca automotriz ha participado en eventos de alto perfil como el Bogotá Fashion Week en Colombia, mantiene una alianza activa con la Cámara de la Moda en Italia y ha tenido presencia en la Semana de la Moda de Nueva York. Para Kia, el diseño no es solo una característica: es un lenguaje con el que ha ganado múltiples premios internacionales. Por eso, la relación entre un vehículo de diseño y la alta costura fluye de forma natural.
Sergio Dávila, quien ha sido nominado a prestigiosos reconocimientos internacionales, lleva años apostando por una moda responsable y sostenible. En esta colección cada prenda es una obra de arte elaborada a más de 3,000 metros de altura, durante más de ocho meses de trabajo artesanal, utilizando fibras peruanas, técnicas ancestrales y materiales reciclados como hilos elaborados con plástico recuperado del mar. Todo, en colaboración con maestras costureras locales, muchas de ellas especializadas en la confección de faldas de marinera.
“Camino a Machu Picchu” representó un punto de inflexión en la carrera de Dávila, al ser su primera colección concebida íntegramente como una propuesta de alta costura. Desde su flagship store en Cusco, el diseñador ha construido una oferta que mezcla líneas ready-to-wear, prendas a medida y una propuesta que traduce la identidad peruana en sofisticación global.
“En Kia creemos en impulsar iniciativas que conecten innovación, sostenibilidad y cultura. Esta colaboración con Sergio Dávila refleja nuestra visión de marca: mirar hacia el futuro con responsabilidad, sin dejar de valorar nuestras raíces. Nos enorgullece haber formado parte de un proyecto que eleva la moda peruana al mundo desde un escenario tan emblemático como Machu Picchu”, señaló Bruno Zagal, gerente de marketing de Kia Perú.
Esta pasarela no solo fue un espectáculo visual, sino una declaración poderosa: la moda puede ser un vehículo de transformación cultural, social y ambiental. Kia y Sergio Dávila se unieron para demostrar que el diseño del futuro nace en las alturas, se nutre de nuestras raíces y se proyecta al mundo con propósito integral.
Para esta ocasión, Inca Rail —la reconocida empresa de transporte ferroviario hacia Machu Picchu— marcó un hito al hacer ingresar un vagón especialmente acondicionado al Tambo del Inka. Desde este exclusivo punto de partida, las modelos descendieron para protagonizar un desfile sobre la pasarela instalada en la estación, la cual fue restaurada especialmente para la ocasión. Tras el evento, los invitados abordaron el mismo tren rumbo a Machu Picchu, viviendo una experiencia que combinó lujo, tradición y una profunda conexión con el legado andino.
El desfile contó con la participación de destacadas modelos peruanas provenientes de los imponentes Andes, específicamente de Quillabamba, Calca y el Valle Sagrado. Su presencia realzó la propuesta con autenticidad y distinción, celebrando la fuerza, diversidad y deslumbrante belleza de la mujer andina contemporánea, en una representación sublime del Perú de hoy.