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Hoy saludamos a Jorge Nicolini: una vida dedicada al automovilismo y al rescate del patrimonio sobre ruedas

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Un día como hoy, hace 79 años, nace el la ciudad de Lima, Jorge Nicolini Bernucci, uno de los grandes referentes del automovilismo peruano. Su nombre está ligado al kartismo, donde fue campeón latinoamericano, pero también al mundo de los autos clásicos, campo en el que se convirtió en un auténtico pionero y custodio de la memoria sobre ruedas del país.

Desde muy joven, Nicolini vivió rodeado de motores. Su pasión nació a los 7 años, cuando recibió su primer auto de pedales, y se consolidó a los 15, con la llegada de su primer kart. A los 18, su vida cambió al ver pasar un Lincoln de 1925 por la avenida Argentina: ese fue el punto de partida de una colección que con el tiempo llegaría a reunir más de 130 vehículos de distintas épocas, todos restaurados con precisión y cariño en sus propios talleres.

En el ámbito deportivo, su talento lo llevó a destacar en el kartismo, disciplina en la que dejó huella como piloto y referente de toda una generación de amantes del deporte motor. Más tarde, su vínculo con el deporte lo llevó incluso a presidir el club Universitario de Deportes, demostrando la misma entrega y liderazgo que caracterizó su trayectoria automotriz.

Pero su mayor legado es sin duda el Museo de Autos Nicolini, un espacio único en Sudamérica donde cada vehículo cuenta una historia. Fundado y sostenido con su esfuerzo personal, el museo conserva piezas que van desde los primeros modelos del siglo XX hasta los años 70, restauradas con un nivel de originalidad que bordea el 100%. Allí, los visitantes pueden apreciar la evolución del diseño y la ingeniería automotriz, así como los relatos de vida que acompañaron a cada vehículo.

“Gracias a mis autos antiguos conozco todo el Perú”, solía decir. Y no era una metáfora: Nicolini recorrió el país a bordo de joyas mecánicas como un Packard de 1928 o un Ford de 1930, desafiando la altura de Ticlio y los caminos más difíciles, solo por el placer de sentir el motor y mantener viva la historia.

Para él, cada auto era más que una máquina: era una extensión de su propia vida. “Tengo más de 60 años metido en esto —decía—. Los autos son como mis hijos”. Su taller, donde trabajaba con pintura Glasurit para obtener acabados impecables, se convirtió en un templo de la restauración artesanal y la preservación histórica.

Lejos de la frivolidad, Nicolini entendía el coleccionismo como un acto cultural. “En la colección se puede ver la historia del Perú a través de los carros”, explicaba. “No solo hay vehículos de Lima, también de provincias, de distintas familias, de distintas épocas. Es la historia del país contada con ruedas y motores”.

A casi ocho décadas de su nacimiento, el legado de Jorge Nicolini trasciende generaciones. Su amor por el automovilismo, su visión de futuro y su respeto por el pasado hacen de él una figura irrepetible. Su museo, sus historias y su ejemplo seguirán inspirando a quienes ven en los autos algo más que un medio de transporte: una pasión que conecta el tiempo, la técnica y la emoción.

Publicado en Automundo con motivo del 79.º aniversario del nacimiento de un gran amigo de la casa, Jorge Nicolini Bernucci,  figura clave del automovilismo y la cultura automotriz en el Perú y el mundo, a quien le deseamos lo mejor no sólo en este día, sino siempre.

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