Hoy hace 23 años, el 18 de marzo de 2001, se disputaron las primeras vueltas del Gran Premio de Malasia en condiciones pésimas, bajo una lluvia torrencial y en un caos total.
El clima de Malasia suele ofrecer sorpresas, buenas o malas. En 2001, los Ferrari partieron desde la primera fila y rápidamente tomaron la delantera durante las dos primeras vueltas, a pesar de una colisión con Ralf Schumacher. ¡De repente, los dos Ferrari se salen de la pista en la curva 6! Michael Schumacher y Rubens Barrichello quedaron atrapados por el aceite derramado tras el fallo del motor de Olivier Panis, pero sobre todo por las lluvias de agua que cayeron repentinamente sobre Sepang.
“Cuando me vi disparando directamente al tanque y la barrera acercándose tan rápidamente, pensé que todo iba a terminar ahí”, admitía Schumacher. ¡Lo peor pasó cuando vi a Rubens siguiendo el mismo camino! » A partir de entonces, los hilos cayeron en la pista de Sepang: Trulli, Heidfeld, Bernoldi, Montoya y Villeneuve se desperdiciaron.
En las gradas reinaba el pánico, sobre todo en Ferrari: sorprendidos al ver a Barrichello delante de Schumacher, los mecánicos se enredaron los cepillos en los neumáticos. ¡En total confusión, la parada en boxes del brasileño duró más de un minuto! El alemán, atrapado detrás de su compañero, permanecerá en el pit durante casi dos minutos.
Finalmente, la aparición del Safety Car calmaría los ánimos, pero sobre todo salvaría la carrera de Ferrari. Michael Schumacher, intocable, consigue volver a la pista seca y ganar el Gran Premio.