El CEO de Toyota para América Latina y el Caribe, Rafael Chang, hizo hoy el anuncio más importante en los 66 años de historia de Toyota en Brasil: el plan de inversión de 2.200 millones de dólares en el país hasta 2030 para ampliar la capacidad de producción de vehículos y motores, e introducir nuevos modelos con la innovadora tecnología híbrida flex, con el objetivo de consolidar sus operaciones industriales y mantener su protagonismo y liderazgo en el país en electrificación y exportaciones. Estas inversiones fueron posibles gracias a las iniciativas favorables implementadas por el Estado de San Pablo, que contribuyeron sustancialmente a promover la competitividad y previsibilidad de las actividades del sector industrial.
De ese monto, 1.000 millones de dólares ya fueron confirmados hasta 2026 e incluyen la introducción de un nuevo vehículo compacto híbrido flex, que comenzará a producirse a principios de 2025, y otro modelo híbrido flex desarrollado especialmente para Brasil, que será anunciado oportunamente. Estas iniciativas refuerzan la ya sólida oferta de productos electrificados de fabricación local que Toyota tiene en Brasil, en total conformidad con las directrices de las políticas Nova Industria Brasil y Mover, presentadas recientemente por el Gobierno Federal de ese país.
“Toyota está presente en Brasil desde hace 66 años, invirtiendo continuamente en tecnología e innovación, con el objetivo de ofrecer las mejores soluciones para satisfacer las necesidades de los consumidores. Prueba de ello fue el desarrollo pionero de la tecnología híbrida flex en el país. Estamos muy contentos de poder expandir nuestra producción en Brasil y exportar a toda la región y así generar y distribuir más valor para toda la sociedad, en forma de empleo y desarrollo económico”, afirmó Rafael Chang, CEO de Toyota para América Latina y el Caribe.
Estas nuevas inversiones permitirán ampliar el parque industrial de la compañía que actualmente opera a plena capacidad, como consecuencia directa de la alta demanda en el mercado nacional e internacional de vehículos electrificados producidos en Brasil. Para llevar a cabo esta importante ampliación de la capacidad productiva, será necesaria la construcción de nuevas instalaciones en Sorocaba a las que se transferirán las operaciones productivas de Indaiatuba. Esto ocurrirá gradualmente, a partir de mediados de 2025, y su finalización está prevista para finales de 2026.
Es importante mencionar que este movimiento prevé el mantenimiento del 100% de los puestos de trabajo y la creación de 500 nuevos puestos de trabajo en la planta de Sorocaba, con el objetivo de apoyar el crecimiento de la capacidad productiva. La contratación comenzará a mediados de 2026 y, para 2030, debería alcanzar los 2.000 nuevos empleos directos, que sumados a los empleos indirectos, podrían significar aproximadamente 10.000 empleos en la cadena productiva.
El aumento de la capacidad de producción y la introducción de nuevos modelos electrificados permitirán la localización adicional de piezas, componentes y sistemas de alta tecnología, contribuyendo a la consolidación de la cadena productiva local. Como resultado, debería haber una atracción efectiva de inversiones para el desarrollo de nuevas tecnologías y proveedores.
“Nuestras inversiones promoverán el desarrollo de la cadena de suministro de componentes para vehículos electrificados y así apoyarán el proceso de descarbonización de la movilidad en el país y en toda la región de América Latina”, afirmó Evandro Maggio, presidente de Toyota de Brasil.
En el caso de Toyota de Brasil, el proceso de creciente localización comenzará con el montaje del motor híbrido en 2025, en la planta de Porto Feliz, y, como siguiente paso el montaje de las baterías en la fábrica de Sorocaba a partir de 2026, para instalarse en vehículos híbridos ya producidos localmente, aumentando el valor agregado y el contenido local.
Toyota ha invertido intensamente en Brasil en los últimos años y tiene planes ambiciosos para acelerar aún más sus operaciones en el país, especialmente para promover la descarbonización a través de nuevas tecnologías de electrificación adaptadas al contexto del país y a las necesidades de sus clientes. Además, se desafía a seguir conquistando nuevos mercados más allá de los 22 países a los que actualmente exporta y que le otorgan el título de mayor empresa exportadora de Brasil.