La Fórmula 1 necesitaba a Ollie Bearman el sábado que pasó. Desde que se anunció el traslado de Lewis Hamilton a Ferrari, todos los titulares sobre el deporte en lo que va del año han sido negativos o controvertidos, y ciertamente no se centraron en asuntos de naturaleza automovilística.
Incluso cuando la atención estaba en la pista, el dominio continuo de Max Verstappen y Red Bull no estaba provocando exactamente grandes niveles de entusiasmo entre la mayoría de los fanáticos.
Pero luego vino la desgracia de Carlos Sainz; El español tuvo que ser operado de apendicitis el viernes por la mañana después de haber estado luchando contra la dolencia durante las dos sesiones de entrenamiento del día anterior Bearman recibió la llamada.
Bearman se unió tarde y lo que logró fue notable dado el circuito y la situación, pero también fue designado como un futuro piloto de carreras de F1 mucho antes de que se le presentara esta oportunidad.
Todo lo que hizo Bearman en Haas impresionó al equipo. Estaba tranquilo y sereno, y extremadamente maduro en su actitud al volante. «Sin expectativas» fue su mantra para esas sesiones de FP1, ya que quería asegurarse de no presionarse demasiado y simplemente seguir las instrucciones que le daban.
Tampoco hizo daño a su reputación durante sus salidas en Abu Dhabi, ya que participó en la FP1 y en el test de jóvenes pilotos para Haas. Fue un kilometraje valioso, pero también una nueva oportunidad de impresionar que llegó a Maranello y ayudó a que Bearman ganara el puesto de piloto reserva en Ferrari para este año.
Bearman ya le ha demostrado al equipo que puede absorber información rápidamente y ejecutar cualquier cosa que se le pida, sabiendo que su ascenso ya ha sido rápido y que tiene el tiempo de su lado. Esos son rasgos que continuó mostrando incluso cuando se le presentó la inesperada oportunidad de correr en Jeddah, como él mismo admitió que “las estrellas se han alineado”.
La emoción proviene de que Bearman sabe que está viviendo un sueño, ya que se mudó a Italia como parte de la Ferrari Driver Academy y compitió para la Fórmula 2. Si bien él admite que extraña a los perros de su familia, mudarse al extranjero a una edad tan temprana, lo ha ayudado a madurar de una manera que algunos jóvenes de 18 años no lo habrían hecho en la misma etapa.
Es una madurez que significa que Ferrari también confiará a Bearman sus propias sesiones de FP1 a finales de este año, asegurándose que al menos correrá ocho veces más durante los fines de semana de grandes premios, y la Scuderia de Maranello tiene plena fe en recurrir a él nuevamente si es necesario. Melbourne quizá sea la próxima vez.
A seguir esperando en la categoría reina al buen Oliver Bearman, porque el siempre estará preparado para el gran momento. Ahora el resto del mundo de la F1 ha podido ver por qué.
